Gladys Guevara
Amor de piel sagrada
Yo
habito un territorio de piel sagrada,
en donde
el amor es conquista.
Dominio
y pérdida.
Un
lugar de nervios aferentes
de
puro goce sensitivo,
múltiple
en cada batalla.
Triunfo
y rendición.
Yo
habito un territorio de piel sagrada,
que
se inunda de cántaros de agua:
Semen
de ciruelas
Fluidos
Y ya
no sé si es su piel o la mía,
La
que exuda
La
que tiembla.
Se
conmueve
Y se ovilla entre sábanas.
Biorritmo
Amanecí trenzando dolores viejos
entre mis cabellos encanecidos,
y juntando mis muslos y los tuyos
enfebrecida de labios,
sedienta de tu boca.
Pero tú no estás.
Duermes.
Y ya yo no sé cómo apagarme
Derretirme sola.
Sucumbir
Para dejar que sueñes.
Por fin.
Mi viejo esqueleto
Húmeda
Hambrienta
resbalo por tus espacios
a puro sabor de ciruelas
Y te veo:
embriagado
extasiado de piel y labios
cantando una canción sobre mi cuerpo.
Mi otra piel, de nuevo...
Al borde del deseo,
y nos escuchan.
No gimo.
Inmóvil sobre ti.
Despacio, sí, despacio.
Ya casi llego.
Afuera llueve y la ciudad insomne
enmudece dentro de mí,
en una explosión de caricias.
Redimida
No apagues la luz
que quiero verte
hurgando feliz en mis oquedades
Bello y feroz,
contendor del placer,
no te detengas.
Sólo un testimonio de tu piel
Sólo uno no más,
y estoy a salvo.
Erótica distinta, Gladys. Novedosos poemas con ritmos candentes de agónicos actos de fé, carne y sábanas. Mis saludos.
ResponderEliminarEsos versos surgieron de una provocación. Me retó una poeta a que los escribiera. Un abrazo, Luisa...
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