“Ciudad perdida” es una película que intenta proyectar la situación vivida por una familia perteneciente a la oligarquía cubana durante los últimos momentos de la dictadura de Fulgencio Batista y el inicio del proceso de la Revolución Cubana, liderada por Fidel Castro Ruz. Sus escenas se enmarcan en el ambiente burgués imperante en La Habana, Cuba, en el año de 1958 y en la agitación política que caracterizó este período histórico.
Federico, Ricardo y Luis son los herederos de la tradición comercial de su anciano padre. Sin embargo, mientras el primero lucha por perpetuar las costumbres de la familia Fellove, los dos últimos sienten el llamado que anunciaban los grupos de resistencia cubana frente al régimen de desigualdades e injusticias imperante.
Sin querer profundizar en las causas económico - sociales que propiciaron este fenómeno histórico, la obra perfila su interés hacia aspectos de carácter emocional: la ruptura de un núcleo familiar, las frustradas relaciones de pareja de Federico y Aurora, las actuaciones aparentemente arbitrarias de Ricardo en el ejercicio del poder, una vez que triunfa el proceso revolucionario…
Por otra parte, el adjetivo que se coloca en el título de la obra ya nos anuncia la perspectiva desde la cual se enfocan los hechos. La idea de “pérdida” sólo subyace en la élite social que fue desplazada y que se muestra nostálgica ante la imposibilidad de revivir la época de goce y disfrute con que en un tiempo fueron privilegiadas.
“Ciudad perdida” es la óptica de una clase social que no se sintió representada por los líderes de la Revolución Cubana, y que por lo tanto presenta sus actuaciones fuera del contexto objetivo en que tuvieron lugar, ignorando la complejidad de las ideas y fundamentos filosóficos y sociales que promovieron las acciones de este grupo humano. Es, por lo tanto, una obra que propicia profundos debates y polémicas que irrumpen de las experiencias previas y las convicciones ideológicas de sus espectadores.
ASPECTOS POSITIVOS
Recrea la perspectiva de un grupo social cubano durante una época de transición política, social y económica de la Cuba de finales de los años cincuenta.
Maneja elementos audiovisuales de gran valor estético: la imagen del artista danzado en la penumbra, las tomas hechas sobre los cañaverales o el malecón, la música y el baile cubano…
Presenta elementos pertenecientes a la cultura mágico-religiosa cubana: la predicción hecha por la bailarina a la pareja de enamorados, los cantos de insurrección impregnando las luchas del pueblo…
Genera discusión y debate a partir del planteamiento de una perspectiva de observación del fenómeno social cubano.
Intenta incursionar en las motivaciones de orden afectivo del ser humano enfrentado a condiciones socio-políticas determinadas.
Existencia de diálogos de profundas connotaciones filosóficas: la referencia hecha al Satiagraha y al ”zeig zwang” formulada por el anciano padre como consejo a su hijo Federico, las reflexiones sobre la “Godiva desnuda” expresadas por el artista que acompañaba a Federico…
Incorporación de juegos de imágenes que dan razón de una superposición anecdótica que rompe con la linealidad de la historia, como en el caso de las escenas de presión ejercidas por el Señor Lansky sobre Federico y las recomendaciones hechas por el padre de este último.
ASPECTOS NEGATIVOS
Al proyectar un solo ángulo de enfoque, la obra pierde objetividad. La película prescinde totalmente de la perspectiva o punto de vista de la clase social de extracción humilde, así como del impacto social, económico y político experimentado por las mayorías a partir de la llegada de Fidel Castro Ruz al poder. Es así como fundamenta su posición ofreciendo alegatos de índole emotivo que intentan condicionar o influir ideológicamente en el espectador.
Presenta personajes incongruentes en su afán por descalificar o desmeritar las acciones de los líderes que encabezaron el proceso de la Revolución Cubana: Ricardo actúa guiado por convicciones ideológicas, sin embargo es incapaz de ofrecer argumentos racionales a sus familiares en relación con el proceso de confiscación de bienes; Aurora, la viuda de Luis, es, aparentemente, ferviente seguidora del proceso revolucionario, sin embargo se muestra débil y confundida frente a la manipulación que supuestamente hacen los revolucionarios de ella y frente a la actitud recta e inflexible de Federico Fellove; Ernesto Guevara, uno de los principales líderes de la Revolución Cubana, interviene en la trama para mostrar una conducta superficial, frívola, provocadora e irrespetuosa, que contrasta con su condición de combatiente, luchador social y futuro mártir en las luchas por la liberación del pueblo latinoamericano.
Las actuaciones de algunos personajes lucen flojas e inconsistentes: los actores que representan a Fidel Castro Ruz y a Ernesto Guevara de la Serna, el capitán que intercede en la liberación de Ricardo y que después se muestra débil y asustadizo una vez que es prisionero del proceso revolucionario, la última actuación del personaje Federico, bailando al son de un ritmo cubano divorciado de su condición racial y social.
Proyección alienante del proceso de reeducación cultural ejercido por la Revolución Cubana, magnificando detalles irrelevantes para sostener la tesis ideológica del escritor y del productor de la obra cinematográfica: caso de la eliminación del saxofón de las orquestas, impuesto por la Comisión de Cultura.
Tratamiento superficial de la actuación de líderes políticos de las dimensiones de Ernesto Guevara de la Serna y Fidel Castro Ruz y descontextualización de sus declaraciones, incluidas intencionalmente en la película con carácter documental.
Empleo del maniqueísmo en el tratamiento de un fenómeno social complejo, así como en la construcción de la caracterización de los personajes. Se fomenta empatía hacia un personaje – Federico Fellove - que resulta ser “alter ego” de la postura ideológica del escritor y del productor del filme.
Distorsión de los hechos históricos como una estrategia para afianzar la postura ideológica del escritor, Guillermo Cabrera Infante y del productor, Andy García, artistas contrarios al proceso revolucionario cubano. Un ejemplo emblemático de esta actitud se encuentra en la afirmación de que el Comandante Guevara “mandaba a fusilar a los presos en forma arbitraria e intempestiva”, obviando la realidad ocurrida en Cuba, en donde se iniciaron juicios públicos con intervención del pueblo para sancionar las actuaciones crueles y sanguinarias de los defensores del régimen dictatorial de Fulgencio Batista.