sábado, 24 de mayo de 2008

Reseña de María C. Martínez


Martínez, M. (2001) Análisis del discurso y práctica pedagógica. Una propuesta para leer, escribir y aprender mejor. (3ª ed.). Argentina: Homo Sapiens Ediciones.

Si en los más recientes diseños curriculares que se han implementado en nuestros países de habla hispana, la lengua ocupaba un papel trascendental como instrumento de conocimiento para el resto de las demás áreas, María Cristina Martínez presenta una propuesta que actualiza el concepto de enseñanza de la lengua y lo amplía, en la medida en que plantea como finalidad de un proceso pedagógico de la enseñanza de la lengua materna, un enfoque discursivo en el marco de una perspectiva dialógica.

Fundamentándose en los avances teóricos de la lingüística – específicamente en el análisis del discurso – la investigadora avizora un mecanismo de formación - no sólo de especialistas en el área de lengua, sino de educadores en las distintas áreas del saber – que logre no sólo la integración de los recursos con los que cuentan los aprendices y la explicitación teórica de estructuras discursivas, sino también el desarrollo de una competencia de análisis crítico que conduciría al educador en formación hacia la autonomía cognitiva, y ulteriormente a impactar en el desarrollo de las formas de procesamiento de la información de los estudiantes bajo su tutela.

En un primer momento, la investigadora nos describe los fundamentos teóricos del enfoque discursivo e interactivo de la enseñanza de la lengua, en un sencillo y preciso recorrido por la evolución de los estudios lingüísticos desde el estructuralismo hasta arribar a lo que ella sugiere debería ser una teoría de la enunciación y de la interacción. En este sentido, enfatiza la importancia de construir una base epistemológica de tipo enunciativo que demuestre las bondades de la dimensión discursiva y dialógica del lenguaje, y para ello opta por asumir los enunciados de Bajtin y Vygotski, en la construcción de una hipótesis que sustente una teoría de esta naturaleza.

“Los esquemas cognitivos – afirma Martínez – son el resultado de las generalizaciones motivadas por el intercambio verbal y los esquemas interaccionales se hacen significativos solamente en el proceso discursivo, es decir, que para que esa relación entre experiencia externa (mundo ontológico, social y cultural) y los procesos psicológicos (sujeto) se vuelva significativa, para que se convierta en esquemas conceptuales, es necesaria la mediación del discurso”.

A partir de esta hipótesis la autora incorpora la noción de signo y de organización estructural del enunciado de Bajtin, definiciones que le permiten privilegiar la naturaleza dinámica y evolutiva de la lengua y direccionar su propuesta hacia un propósito trascendente: el desarrollo de la subjetividad y de los esquemas de conocimiento del individuo.

En una segunda aproximación a su propuesta, Martínez explica que para dar razón de la perspectiva dialógica y discursiva del lenguaje, es necesario partir del análisis de cuatro aspectos básicos: la situación de enunciación del discurso, la textualidad, la discursividad y los modos de presentación de los géneros discursivos.

En la explicitación de cada uno de ellos, la investigadora ilustra con ejemplos extraídos de textos académicos, las múltiples posibilidades que presenta el análisis discursivo en el develamiento de teórico en el ámbito de la textualidad, tales como la cohesión lineal, la cohesión gramatical, la comprensión semántica de textos expositivos; mientras que en el campo discursivo, explica la coherencia y el desarrollo ilocutivo de textos académicos.

Finalmente la autora sumerje a sus lectores en una reflexión de carácter educativo, en la cual plantea su afán por hacer compatibles los estudios teóricos y las praxis pedagógicas, con el propósito de superar los múltiples problemas que enfrenta la enseñanza de la lengua materna. Enfatiza la importancia de implementar, en la sociedad contemporánea, una perspectiva discursiva e interactiva en la enseñanza de la lengua, en virtud de la necesidad de desarrollar una competencia comunicacional que permita al ciudadado de este siglo, apropiarse de los mecanismos de acceso a la información, e incorporarse al mismo tiempo en la producción de conocimiento.

Y en la búsqueda de un proyecto de intervención educativa, Martínez formula una explicación sobre los procesos de comprensión textual, los principios metodológicos que deben sustentar una pedagogía discursiva e interactiva, y el desarrollo de estrategias cognitivas y metacognitivas que permitan no sólo la activación de procesos mentales, sino también el desarrollo de una conciencia discursiva.

Su propuesta de intervención pedagógica se orienta en dos aspectos importantes: el desarrollo de una voluntad de aprender por parte del aprendiz y el desarrollo simultáneo de estrategias de comprensión y producción textual. En relación con las estrategias, Martínez identifica diversos niveles que van desde el reconocimiento del texto como unidad interactiva, su construcción a partir de una continuidad temática, su organización estructural, su dimensión retórica, así como el reconocimiento de estructuras profundas o subyacentes. La autora afirma que estos niveles se alcanzan de manera gradual en la enseñanza, pero concurren todos en la construcción y comprensión del discurso. Sugiere asimismo la implementación de actividades de modelado interactivo individual y grupal, la motivación explicativa, la implementación de talleres y el modelado cíclico o desarrollo de una estrategia metacognitiva efectiva que le permita al aprendiz la comprensión integral de su propio proceso de comprensión. Enfatiza, en este sentido, que deben prevalecer ciertos principios pedagógicos como lo son: el hacer que el aprendiz experimente la noción discursiva del texto, conceptualice luego el fenómeno, e incorpore finalmente algunos términos lingüísticos que le permitan identificar procedimientos.

La conclusión de la autora, una vez perfilado el marco metodológico y pedagógico de su propuesta, confiere la circularidad necesaria a su planteamiento inicial: el discurso debe ser la base de un proyecto educativo sustentado bajo el criterio de calidad educativa y conciencia democrática, porque sólo esta perspectiva confiere los recursos necesarios para la construcción de espacios en donde convergen y divergen las representaciones sociales de distintos grupos en distintos momentos históricos y en diversas geografías.

La propuesta de María Cristina Martínez pareciera ser la respuesta a muchas de las interrogantes que los profesores de lengua se han venido planteando en relación con la aparente inefectividad del enfoque comunicacional funcional de la enseñanza de la lengua, en la medida en que la autora propone una enseñanza que parte de la complejidad del discurso y que permite observar y analizar inobjetablemente su dimensión cultural, social y experiencial. Pero, principalmente, el enfoque discursivo interactivo pudiera ser la solución en el desarrollo de una educación integral, en la cual los aprendices de cualquier área del conocimiento, puedan identificar los principios a través de los cuales se adquieren y se producen nuevos saberes. Se trata, de este modo, de una propuesta de enorme alcance, que promete colocar nuevamente en el tapete de la discusión, las contradicciones entre las teorías lingüísticas y su aplicación en la enseñanza.

1 comentario:

  1. Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

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