sábado, 24 de mayo de 2008

Reseña de un artículo de ´Serrón

Serrón, S. (1999) La situación de la enseñanza de la lengua materna en las instituciones de educación superior. Revisión y propuesta preliminar. Letras, 59, 165-182.

En un extraordinario esfuerzo de revisión histórica y de análisis, Sergio Serrón insiste en plantear el tema de la lectura y la lectura como punto clave y neurálgico del problema educativo venezolano. Para ello inicia sus reflexiones señalando el estado deficitario de la enseñanza de la lengua. Recurre, en este sentido, a referencias de algunos estudiosos del fenómeno, tales como el profesor Iraset Páez y el profesor Edito Campos.

Al primero atribuye el investigador la caracterización de la enseñanza de la lengua como inefectiva, lo que se proyectó en un bajo nivel educativo de los bachilleres, la elitización de la cultura nacional, el subdesarrollo lingüístico, y en líneas generales, el disfuncionamiento democrático de la sociedad. Por su parte, Campos señala la grave situación educativa que atraviesan los bachilleres una vez que llegan a los centros de estudios universitarios.

Es en este escenario en el cual el investigador introduce el objetivo de su investigación, centrada en un primer momento - según explica - en los programas que en materia de enseñanza de la lengua se han aplicado en educación superior; y en otra instancia, en la investigación que se ha venido adelantando en este sentido, así como en su proyección o no en los programas; para finalmente abordar la materia relacionada con las políticas nacionales que pudieran impactar en la superación de estas dificultades.

En relación con los programas aplicados en educación superior, el autor ubica sus antecedentes a finales de la década de los sesenta, aunque no deja de advertir la existencia de la asignatura “Estilo y Composición”, que se impartía en el Instituto Pedagógico Nacional, hoy Instituto Pedagógico de Caracas.

En esta línea temporal, Serrón advierte la existencia de unos programas iniciales de carácter remedial, los cuales prestaban atención básicamente al tema ortográfico, algunos aspectos de la redacción y a la comprensión de la lectura. En esta perspectiva del problema se ofrecían – y se ofrecen – cursos propedéuticos o textos tipo recetario, que descontextualizan y fragmentan el conocimiento de la lengua.

En un segundo plano temporal el investigador advierte el surgimiento de programas con una orientación lingüística. Afirma que estos programas tuvieron una existencia efímera durante los años sesenta, y fueron producto de algunos docentes, que obviando el carácter instrumental de la lengua, instituyeron un conjunto de contenidos fragmentado sobre el objeto de estudio.

En forma posterior considera los programas surgidos a partir del impulso de la lingüística aplicada, y que dieron origen al enfoque comunicativo. En este punto, Serrón hace especial mención a los planteamientos de Iraset Páez Urdaneta en relación con la existencia de dos filosofías distintas: la sustentada en los programas y la administrada por los institutos de formación de formadores. A la segunda, atribuía el autor un carácter centrado en la simple adquisición de conocimientos lingüísticos, y una despreocupación por el tratamiento de problemas didácticos.

La flexibilidad de este tipo de perspectiva permitió – afirma Serrón – que se consolidara una pedagogía del habla, y con ella, las teorías de la elaboración textual, las cuales ecpresan: un conocimiento de la lengua que implica, no sólo el conocimiento de la estructura oracional, sino también la de las estructuras de organización del texto para facilitar la comprensión y producción textual; el conocimiento del mundo vinculado con el saber que se quiere expresar y el conocimiento de la naturaleza del interlocutor en función de orientar la comprensión en los diversos roles que se asuman. A esta perspectiva llama el autor, enfoque pragmático comunicativo, y afirma que se encuentra en proceso y que su impacto no ha sido evaluado hasta ahora.

En cuanto al área de investigación en materia de Educación Superior, Serrón reflexiona sobre la existencia de numerosos trabajos hechos en educación básica y en los postgrados de educación superior. Atribuye esta particularidad a ciertas condiciones de carácter institucional que han operado en los estudios de la enseñanza de la lengua. Y en este sentido señala que existe una secuencia natural en la investigación que acompaña los procesos descritos con anterioridad. A saber:

Los programas “remediales” generaron, reflexión sobre las carencias lingüísticas que presentaban los estudiantes. Y en relación con los primeros diagnósticos, éstos se fundamentaron en una orientación positivista, pero revelaron la realidad de ciertos problemas básicos, como por ejemplo el de la ortografía. No obstante, estas investigaciones no tuvieron una proyección pedagógica.

En cuanto a los estudios inscritos en el enfoque comunicativo, Serrón señala que se circunscriben a propuestas parciales que constatan el escaso desarrollo de las competencias lingüísticas de los estudiantes, pero que no logran trascender el espacio de la investigación.

Y finalmente, el abordaje textual, el cual corresponde a una investigación que el autor califica como en proceso y que se caracteriza por el predominio de dos enfoques metodológicos: etnográficos y de investigación – acción.

Todo este recorrido por la historia de los programas y de las investigaciones sobre la lengua, permiten al investigador la formulación de algunas conclusiones, que según considera, pueden ayudar a organizar la labor que se está ejecutando en esta materia. Y es así como se adhiere al enunciado formulado por Páez en el sentido de la necesidad de un cambio de políticas educativas que concilie un proyecto educativo nacional con un proyecto de formación universitaria. Del mismo modo sustenta la tesis de que el lenguaje sea visto como un eje transversal que impacte todo el sistema educativo - incluso y particularmente - el nivel de educación superior. Para que esto sea posible, el investigador hace un llamado a una “realfabetización” de toda la comunidad universitaria, en la cual el énfasis fundamental se encuentre no sólo en el aspecto comunicativo, sino también y principalmente, en la firmación de un modo de pensamiento crítico y creativo.

El balance formulado por Serrón, no sólo confiere una visión longitudinal de un problema, que como bien afirma el prestigioso investigador, cuestiona fuertemente el funcionamiento democrático de cualquier sociedad, negándole a sus pobladores la posibilidad de acceder al repertorio mismo de su cultura, sino que nos permite evaluar las reacciones académicas que han acompañado los programas de estudio y la investigación en el área, con la finalidad de evaluar sus aciertos y sus desaciertos.

Sólo la evaluación de este tránsito, permitirá la sistematización de procesos que permitan integrar el conocimiento adquirido hasta ahora y el diseño de modelos innovadores en la enseñanza, aprendizaje y desarrollo de la lectura y la escritura. Es por ello que este trabajo del profesor Serrón es referencia obligada para todos aquellos educadores que problematicen el hecho educativo y que comprendan concienzudamente, la enorme importancia que tiene la superación de nuestras dificultades en las áreas de comprensión y producción textual.

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